En términos generales, la Diástasis (DRA) se define como aquella separación entre los rectos del abdomen superior a 2,5-2,7mm (aunque la literatura científica aún no se ha puesto de acuerdo con estos valores de referencia).
¿Y qué la causa? La gran mayoría de las mujeres embarazadas van a tener una DRA fisiológica a partir de la semana 35. Esto es debido al crecimiento uterino, ya que genera un estiramiento de la línea alba (tejido conjuntivo que une los dos rectos del abdomen derecho e izquierdo) y en consecuencia aparece esta separación muscular. Es por eso que, durante el embarazo, uno de los objetivos de la fisioterapia obstétrica será lograr una faja abdominal competente y funcional para evitar una DRA excesiva.
¡Pero no todo es la separación! Aunque sea importante, no es lo único que deberemos tener en cuenta, ya que una mujer con esta separación puede no presentar ningún síntoma asociado y al solicitar una activación de los rectos y de los transversos, estos actúen sinérgicamente. Pero también puede suceder lo contrario, que no exista una separación real o que sea leve, pero la mujer refiera síntomas y falta de tono. Es por eso que habrá que darle mucha importancia a los síntomas que presente la mamá una vez haya dado a luz, y valorar desde la fisioterapia la funcionalidad de esta diástasis y a la capacidad de la línea alba para transmitir fuerzas ante situaciones de esfuerzo.
¿Y qué implicaciones puede tener la diástasis y la falta de tono?
Reír, estornudar, hacer un esfuerzo, levantar peso…todas estas actividades generan un aumento de presión en el abdomen. La línea alba y la faja abdominal se encargan de repartir toda esta carga por todo el continente de la cavidad abdominal, y así evitar que recaiga directamente sobre el suelo pélvico. Si hay un fallo en este tono, van a poder aparecer síntomas, disfunciones o patologías en el complejo abdominal y perineal.
Así pues, con el diagnóstico de DRA, deberemos asegurar un buen tono de la línea alba, para que ésta transmita de manera óptima las fuerzas y las presiones que reciba y asegurar así un buen funcionamiento.
¿En qué nos puede beneficiar la fisioterapia?
- Terapia manual: trabajar zonas que estén en tensión, como el diafragma, los rectos, los oblicuos externos, el cuadrado lumbar…y las cicatrices en caso de que haya. Necesitamos una libertad de movimiento para asegurar que podemos empezar con la terapia activa.
- Ejercicio terapéutico: va a ser clave realizar ejercicios que activen el complejo abdominal, pélvico y lumbar. Empezaremos con ejercicios más suaves para ir poco a poco incrementando la intensidad, asegurando en todo momento que la línea alba gestiona bien la carga.
- Radiofrecuencia o diatermia: es una herramienta que favorece la regeneración celular en la zona de la línea alba y el área muscular del abdomen. Acelera los procesos de regeneración, favorece la producción de colágeno y elastina, y estimula la producción de tejido conjuntivo.
- Electroestimulación: la usaremos en pacientes que tienen muy poco tono, y de esta manera estimularemos a la musculatura implicada.
- Vendajes o fajas como herramientas de apoyo